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Licitaciones internacionales y la gestión del esfuerzo.

¿Dónde se pone el límite del trabajo a realizar para la elaboración de una propuesta técnica para una licitación internacional?

Tienes un equipo fuerte y competitivo, sabes hacer la tipología de proyectos a la que te presentas y conoces las mejores formas de adaptarla al territorio. Se le dedica un gran esfuerzo a cohesionar el equipo y a los detalles de la propuesta técnica para que sea competitiva y realmente refleje la mejor solución, según tu experiencia, pero, ¿dónde se deben poner los límites al esfuerzo necesario para conseguir todo eso?

Cada país tiene sus formas de hacer las cosas y aunque buscan el expertise de los profesionales de otros países recelan, en algunos casos, de los equipos extranjeros. Puede resultar una posición muy adecuada incorporar al equipo a profesionales locales de los países que licitan pero esto también supone un enorme gasto de energía. Detectar a técnicos competentes, entrevistarse con ellos, convencerlos de la fuerza de la propuesta que se quiere presentar y conseguir captarlos e incorporarlos en el equipo es complejo y costoso. Una gran dosis de paciencia, esfuerzo y tesón está también detrás de esta parcela de trabajo.

Mantener unido a un equipo multidisciplinar de diferentes países y con distintas expectativas es un fin en sí mismo. Que los esfuerzos de todos sean equilibrados y que se concentren en conseguir el objetivo común sin dispersiones, se convierte en una batalla épica que hay que ganar.

En consultoría ambiental hay que rodearse de arquitectos, ingenieros, abogados, geógrafos, etc., para compartir grandes proyectos y las diferentes mentalidades en relación a la metodología de trabajo enriquecen mucho las propuestas pero obliga a gastar de nuevo gran cantidad de energía en consensuar ideas.

La suma de todos los esfuerzos unidos en la preparación de un oferta a una licitación internacional implica poner sobre la mesa una gran apuesta de todos que nunca se sabe si va a alcanzar el objetivo deseado y siempre te dejará la sensación de que se podría haber hecho mejor. No hay un límite teórico ni práctico del esfuerzo que se le debe dedicar a las licitaciones en el extranjero, que se convierten en un bálsamo, un poco de aire fresco, para los equipos de profesionales, de gran valor técnico, con los que contamos en nuestro país.

Si alguien tiene una fórmula para calcular el esfuerzo adecuado que hay que dedicar en cada caso le animo a que la comparta como receta para el bien común.

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